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Big Brother is watching

poesía

Tristes, tristes...

Son las 5:38 de la mañana (del dia de mi 19 cumpleaños, apropósito :P) y después de alrededor de tres horas los técnicos de ONO me han devuelto la conexión a internet. Dios sabe por qué en lugar de irme ha dormir he permanecido estas tres horas de desconexión escuchando música. Y ha sucedido que una canción me ha emocionado. A veces pasa. Escuchaba a Ismael Serrano, mano a mano con Lichis, derrochando energía en un directo que le hace a uno dejar el 'repeat' del winamp pulsado y cuando han acabado de cantar ha ocurrido. Ismael no ha tenido mejor ocurrencia que recitar un poema de Miguel Hernández y ha sido en este preciso instante cuando se me ha ocurrido que semejante belleza (yo siempre tan meloso), semejante verdad no se podía perder en el momento. La poesía no es palabras, no es lo que es si no tiene eso. Eso que hace que una flor sea un poema, que una nube sea un misterio, que unos ojos sean palabras...

Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.

Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.

Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.


Y como estoy en faena y sé lo perezoso que soy para ponerme a publicar aprovecho y pongo otra perla que me ha encontrado por casualidad o no mientras navegaba sin más rumbo que el hacer camino.

LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO - Gabriel Celaya

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día

como el aire que exigimos trece veces por minuto

para ser, y en tanto somos, dar un "sí" que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan

decir que somos quien somos,

la poesía no puede ser sin pecado un adorno.

Estamos tocando fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo

cultural por los neutrales

que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.

Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren

y canto respirando.

Canto y canto, y cantando más allá de mis penas

personales, me ensancho.

Becquer - Rima IV

Después de leer el primer comentario que ha dejado Isa al post de Benedetti no he podido resistir la tentación de publicar este poema...

No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a dó camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!

Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!

Mario Benedetti - No te salves

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma

no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios

no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana

y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.

Obligado

Por deferencia a este gran poeta y a mi estado de ánimo durante gran parte de los últimos cinco meses me siento en la obligación moral de inaugurar mi blog con el poema que tan bien ha sabido definirme, y aún lo hace, en esos momentos en que nada parece tener sentido... Y es que a veces...

Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío.

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tapias mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndose de pena

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.

Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas
que lloran lentas lágrimas sucias.

Walking Around,
Pablo Neruda.